La
verdad es que no entendemos por qué hay tanta polémica con la nueva ley de
educación ya que, desde nuestro punto de vista, los cambios no son muy
significativos.
A
pesar de que no estemos de acuerdo en muchas de las reformas que la LOMCE
propone, consideramos que algunas sí son acertadas.
Por
ejemplo nos parece bien que se pueda elegir entre la asignatura de Religión y
la asignatura de Valores sociales y cívicos. Muchos creen que la Religión
debería ser eliminada del currículum y que esta no debería existir ni siquiera
como una optativa. Sin embargo, nosotras pensamos que forma parte de la
historia de nuestro país y que, como cultura general que es, los niños deben
tener la posibilidad de estudiarla en el colegio si así lo quieren.
Otra
reforma que nos parece bastante acertada es la introducción de este nuevo
principio en el Artículo 1.1: “La libertad de enseñanza, que reconozca el derecho de los
padres, madres y tutores legales a elegir el tipo de educación y el centro para
sus hijos, en el marco de los principios constitucionales”, pues los padres deben ser los
principales responsables de la educación de sus hijos, nadie puede decidir por ellos.
Más centrados
ya en el ámbito que nos ocupa, la Educación Primaria, hay un aspecto que nos
parece muy llamativo. Se trata de la consideración de los miembros del equipo
directivo y los profesores como autoridad pública. Creemos que es una forma de
que la profesión docente sea más valorada, más reconocida, que suba un escalón
y ocupe el puesto que se merece.
Por otro lado,
como ya hemos dicho, estamos en desacuerdo con algunas de las reformas.
No nos gusta,
por ejemplo, que la asignatura de Conocimiento del Medio se subdivida en dos
asignaturas: Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. Nos parece que los niños
aprenden mejor si todo tiene relación, si ven que las cosas que dan están
unidas, si existe una globalización curricular, y separando las asignaturas lo único
que hacemos es fragmentar el contenido, segmentarlo, hacer que para ellos sean
saberes diferentes.
Tampoco
estamos de acuerdo con que Plástica pase a ser una asignatura optativa.
Los niños
tienen un gran potencial y en la escuela no se deja paso a la creatividad. No
se despliega esta destreza en los alumnos, no hay cabida para la improvisación
porque todo viene dado, todo viene medido. Lo que se consigue con todo esto es
que la creatividad y el ingenio, al no ser trabajados, desaparecen.
Plástica era
una de las únicas asignaturas en las que, en nuestra etapa escolar, podíamos
desplegar nuestra imaginación. Ahora, pasa a un segundo plano porque “no tiene
suficiente importancia”.
Finalmente,
vamos a hablar de la decisión de que el Gobierno establezca los criterios de
evaluación comunes a todo el territorio.
Estamos
totalmente en desacuerdo con esta idea. Si hay alumnos y profesores diferentes
en un mismo colegio, esto ocurre a lo grande entre comunidades autónomas.
No podemos
establecer un mismo criterio de evaluación si los métodos y las formas de
enseñar no son las mismas.
El currículum
establece los objetivos y los contenidos pero no dice cómo deben llevarse estos
a cabo. Es por esto que son los profesores quienes deciden cuál es la mejor manera
de hacer llegar a los alumnos ese contenido. Y, si esto es así, ¿por qué
alguien tiene que decidir la forma en que debemos evaluar?
Poco a poco
nos estamos convirtiendo en marionetas manejadas por los de arriba, ya no
tenemos opción de decidir cómo hacer nuestro trabajo, y esto, nos produce un
rechazo grandísimo.